¿Ser o no Ser?... mejor voy al cine...
Las cosas como son. Me gustan los, los… los… bah, ni se qué me gusta. O a lo mejor sí, pero ahora estoy indeciso entre si sí o si no. No sé si me pasa solamente a mi o si es un problema mundial. La indecisión. Cresta. No sé si seguir escribiendo sobre esto o dejarlo para otro día. Como había empezado, la indecisión es algo que muchas veces manejaba mi vida. Ahora no tanto. Bueno, sí. Todavía. Y este algo me desacomoda la mayor parte del tiempo. Es como cuando uno tiene ganas de comer chocolate, pero va a comprarlo y ve los helados, y se imagina un helado de frutilla, rico, sabroso. Pero al final termina comprando galletas de coco. Bien, lo acepto, es un ejemplo bastante estúpido y rebuscado, pero me costó elegirlo. Es realmente desalentador tener ese tipo de indecisiones. Termina echando por tierra una buena cantidad
de las elecciones importantes que tengo que hacer. Además, como maneja gran parte (por no decir toda) mi vida, me termino cansando de lidiar contra este algo. Muchas veces no sé si ir a una fiesta o a una librería y termino yendo al estadio. Otras veces pienso si decirle algo a ese alguien o no, y al final coloco música y me pongo a pensar en lo complicado que es encontrar una manera de otorgarle mayores beneficios laborales a los trabajadores, teniendo en cuenta que todos los principios económicos actuales se basan en la propiedad privada y que para lograr la meta es necesario buscar una forma en que esta propiedad privada sea menos privada (en concreto, tratar de encontrarle un lugar a la propiedad privada dentro del anarquismo es MUY complejo, sobre todo escuchando tango). En este preciso instante no sé muy bien que decisión tomar con respecto a mi, si terminar de escribir esto o ir a la cama. Creo que por ahora lo logré: sigo. Como venía escribiendo, me es complicado tomar decisiones, optar por dos o más cosas que me gustaría tener (esto me hace recordar aquél libro de economía que tuve que leer una vez. Menos mal que lo mío son las letras), me cuesta imaginarme que tengo que dejar de lado algo (o alguien, eso es peor). Ojalá la vida fuera mucho más fácil en ese aspecto, que pudiésemos decidir sin tener esos pensamientos nefastos tipo ¿y si hubiese hecho aquello en vez de esto? o ¿por qué no fui para allá en vez de venir para acá? o pensar cosas como “estuvo bien, pero x hubiese sido mejor”. Una soberana lata. Y un soberano malestar. Al final no quedé en nada. Iba a escribir sobre la indecisión y terminé más indeciso que antes. Lo considero un problema, tan problema como eludir la ficción cuando uno escribe para la red. Cresta, again. Realidad o ficción, vaya decisión…
PD: esta es Selma... pero no me acuerdo de dónde salió, pido disculpas de antemano...

PD: esta es Selma... pero no me acuerdo de dónde salió, pido disculpas de antemano...