----------caramba-----------

La música a todo volumen. Vasos vacíos sobre la mesa, en las repisas, en el suelo. Humo. La cabeza que da vueltas sobre si misma, al ritmo de un bajo endemoniado. Maldito Mingus. Ya no queda nadie, solo el ruido de un bajo cada vez más y más desquiciado. Busco otro cigarrillo, puto vicio maricón. La necesidad de tener un falo candente entre los dedos muchas veces me supera. Cambio el disco, subo el volumen. Me tiro de espaldas en el medio del living, entre la mesita y el sofá. Se dan vuelta unos vasos, caen restos de alcohol en la alfombra. Qué importa. Mañana limpiaré si es que me dan ganas. La mano da vueltas sobre mi cara, uno dos trescuatro cinco seis, que se joda la vieja del lado, no pienso bajar el volumen ni aunque vengan los pacos, me importa un coco: “…los niños cuicos me chupan el pico…” y estaban aquí hace unos momentos, riendo, volando, tirando los restos de comida por la ventana. Qué puta ironía, me cago en todos ellos, que vengan, que vengan y me sigo cagando en ellos, solo caras vacías, solo pajas mentales. Literatura, literatura, literatura literaturaliteratura. Tanta ínfula penca, tanto no hacer nada creyendo hacer todo, se pueden ir derechito a la mierda si quieren, o venir acá mañana, da lo mismo, a esta altura da lo mismo. Cambio el disco, subo más el volumen. Canta, calamaro canta, entre risas y llantos, entre días y noches. Me quedo mirando si es que el humo se desvanece antes de tocar el techo. Afuera llueve, abro la ventana y respiro hondo: helado..



foto: lakes