EXTERNALIDADES

Hay veces en que todo parece tan claro que marea. Por lo menos a mí me marea. Es decir, todo va súper bien, relajado, pero como que nunca falta algo como para bajar, para llegar al suelo y retorcerme y retorcerme. Es una especie de auto zancadilla que quizás conscientemente me tiro, y me caigo, sí o sí. Pero igual no es malo, es medio-malo no más. Hoy llegué a pensar que quizás nada valía realmente la pena, ni el estudio, ni el carrete, ni nada. Fue como analizar de a poco todo y cachar que había pura basura. Pero con un poquito más de ánimo, pude encontrar que había muchas cosas que si valían la pena, que si merecían estar donde están y todo eso, que no todo es basura ni mierda. No obstante, la mayoría de los cuestionamientos se mantienen donde mismo, acaparando los ratos libres, imprimiendo dudas en donde sólo había certezas. Supongo que es una de las externalidades del proceso de crecimiento que yo mismo creo que estoy viviendo...