...otra vez...

Otra vez frente a la página en blanco. Otra vez miles de ideas dan vuelta en mi cabeza como en una maldita licuadora. Vuelta a la universidad, vuelta a la “vida” que tenía hace un tiempo, pero es más que eso. Estas dos semanas de marzo han sido un reencontrarme con un montón de cosas que antes sentía parte fundamental de mi ser, pero que ahora no son más que extrañas actividades sin fondo, puramente forma. Ya no veo la “vida” de la misma manera en que solía hacerlo. Tampoco me encuentro entre las personas que antes me acompañaban, ahora son extraños para mí. Enormemente conocidos, pero extraños. No estamos en el mismo paradigma, y eso me gusta. Lentamente voy descubriendo otras cosas que antes dejaba de lado: el placer de caminar sólo por la calle, el gusto de cumplir con mis auto impuestas obligaciones, el relajo de escuchar con otros oídos esas viejas canciones que me acompañaron por largos años.

Necesitaba encontrarme con este espacio, necesitaba plasmar en una hoja las cosas que dan vueltas por mi cabeza. A lo mejor no es la manera más ordenada, pero es mi manera. Mi manera. Mi manera…

… no siento la necesidad de auto flagelarme para darme cuenta de que vivo. Si bien no es la vida que deseo, es mucho más de lo que tuve por “vida”. No tengo que cumplir con las expectativas de otras personas, simplemente con las mías, con aquellas expectativas que están en un plano completamente alcanzable, sólo se necesita un poco de esfuerzo. El esfuerzo que nuca antes quise hacer, por miedo a crecer. Eso es, estoy creciendo, estoy acercándome a una especie de calma, tanto interior como exterior, que me deja un agradable sabor de boca…